Este pasado miércoles 1 de junio de 2022 hemos realizado la primera de las Sendas de la Memoria previstas, en esta ocasión, por la Ruta de las Fuentes de Zarzalejo
Nuestras guías han sido las personas mayores con las que en talleres anteriores se han recogido sus preferencias, inquietudes y necesidades para que las actividades finalmente tengan un propósito y se adecúen a lo que las personas mayores quieren realizar; junto con ellas y la Asociación de Mayores, la Fundación Creasvi, la Asociación “La Fuente” y Zarzalejo en Transición, se propuso la realización de sendas con el propósito de recuperar nombres, usos y anécdotas del municipio y poder compartirlas.
Durante la senda nos iban contando cómo era su pueblo cuando ellas eran pequeñas y cómo han cambiado los usos y denominaciones de cada lugar.
El punto de salida fue la escuela de Cantería y desde allí fuimos por caminos ascendiendo hasta encontrarnos con el Arroyo de los Morales que según nos contaban servía para regar las muchas huertas que antes había.
Este arroyo que más adelante volveremos a cruzar, discurre por el Collado Entrecabezas situado mucho más arriba y que sirve de paso entre las dos elevaciones montañosas que adornan el municipio, Las Machotas, la alta y la baja.
Continuamos por un camino, entre zarzamoras, rosales silvestres y plantas de la zona como la digitalis o dedalera, a la que los vecinos de Zarzalejo llaman comúnmente campanitas.
Después de un trecho, llegamos a la primera de las fuentes de esta senda, la Fuente del Canillo. Parada obligada para refrescarse después de la subida.
Ascendemos de nuevo por la calleja de la gargantilla y nos encontramos con la segunda fuente de nuestro recorrido, La Fuente del Venero.
Aquí nos comentan que antiguamente un poco más arriba en la ladera, estaba la poza del venero que servía para regar las huertas que cada vecino atendía. Nos hablaban de una cultura de autosuficiencia en la que estaban cubiertas casi todas las necesidades de alimentación. Cada familia disponía de huerta, horno para cocer pan y repostería, ganado para el consumo de la familia, comúnmente un cerdo, gallinas y en ocasiones colmenas y una o dos vacas.
También nos hablaban de que el ambiente que vivieron cuando pequeñas a pesar del trabajo duro que suponía la vida en Zarzalejo, era de alegría y de comunidad. Sabían de las necesidades de sus vecinos y se ayudaban entre ellos.
Seguimos avanzando y se pueden apreciar unas magníficas vistas de Las Hoyas, lugar en el que antaño se cultivaban las huertas y legumbres y se realizaron muchos pozos para dar respuesta a las necesidades de riego de los vecinos.
En la foto se puede apreciar un pequeño huerto que dicen, era lo que llenaba toda la extensión de terreno que se veía desde el camino del venero, en el que fue tomada esta foto.
Según nos comentaba una vecina de Zarzalejo que ha residido siempre en él, cada vecino hizo su pozo y podía sacar agua con ayuda de una mula y una noria. Tenían que madrugar mucho, se levantaban a las 5 de la mañana para poder regar cuando no diera el sol con tanta intensidad y volvían a su casa cuando ya era mediodía. Recuerdos de cuando ella tenía 5 años y su abuela la llevaba a la huerta montada en la mula.
Seguimos subiendo hasta El Mirador Nuevo y podemos apreciar en el camino, a la aromática manzanilla, el espliego y la retama, cuyas ramas eran usadas para encender el fuego y para usarlo como tejado para protegerse del sol en las canteras.
Ahora cruzamos la carretera M-533 para encontrarnos de nuevo con el arroyo de los Morales y la tercera de las fuentes del recorrido: Fuente Patillas, manantial en el que aún hoy podemos disfrutar de sus aguas cristalinas.
Las piedras en ambos márgenes del acuífero eran usadas para lavar la ropa, su disposición, según nos cuentan, ha variado un poco con respecto a cómo eran antiguamente. Dado que entonces permitían apoyar las rodillas más allá de las piedras y apoyar en éstas, la ropa y el jabón casero, realizado después de darle muchas vueltas, con la grasa sobrante de la matanza del cerdo y escamas de sosa.
Desde la fuente se puede acceder por una puerta de madera a un camino que conecta la poza que se llena del manantial de Fuente Patillas con las huertas colindantes.
Cruzamos la misma carretera de vuelta y bajamos desandando el camino por el Arroyo de los Morales hasta volver de nuevo a nuestro punto de partida, La escuela de Cantería.
Según los podómetros, fueron muchos los pasos que realizamos, pero por estar bien protegidas del sol nuestras cabezas, el camino fue llevadero y por momentos muy deleitable. Gracias a ello, atesoramos nuevas experiencias de vida e ilusión que no hacen más que aumentar las ganas de continuar recorriendo las Sendas de la Memoria de Zarzalejo.
La actividad se ha desarrollado dentro del Programa “Cuidándonos para un futuro mejor, Bienenvejeciendo, Envejecimiento activo y saludable”. Proyecto Subvencionado con cargo al 0.7% del IRPF por la Comunidad de Madrid.